
¿Qué podemos hacer cuando nuestro hijo nos pega?

¿Qué podemos hacer cuando nuestro hijo nos pega?
Nosotros nunca le hemos pegado a nuestro hijo, sin embargo, él si no ha soltado uno que otro manazo y es la peor experiencia del mundo. Nos saca de nuestras casillas de una manera inmediata. Y en un segundo toda la familia se encuentra en amygdala.
Podemos intentar regañarlo, usar tiempos fuera, castigos, pedirle que golpee un cojín, explicarle por las buenas y por las malas… y la mayoría de las veces sale peor.
Lo primero que debemos entender es que: nuestro hijo NO es mala persona. NO lo hace a propósito. Esta desesperado, esta sufriendo y no sabe qué otra cosa hacer.
La experta parental Liat Hughes Joshi, sugiere que el primer paso es entender la razón de los golpes. Es decir ¿qué sucedió antes? ¿Qué hizo que el niño perdiera los cabales? ¿Está tomando un medicamento que lo hace agresivo? ¿Está enojado? ¿Esta sobre saturado? ¿Necesita llenar su cubeta del control? ¿…o de la atención? ¿Esta ansioso? ¿Cansado? ¿Necesita dormir o irse a un espacio en silencio?
Entender qué le sucede te da la respuesta y, también, le ayudará a tu hijo a entender sus propias acciones. “Me pegaste porque ya estás cansado.”, “Me diste un manazo porque quieres mi atención. Te la puedo dar, pero necesito que me la pidas de otra forma, sin golpes.”, “Recuerda que puede pedirme todo lo que quieras, pero de manera amable.”
Es importante platicar con él cuando este tranquilo, no durante el momento de crisis ni como parte de un castigo. Podemos decir algo así, “Me duele mucho cuando me pegas y estoy segura de que tu también estás harto de que te digamos que no lo debes hacer, podrías contarme ¿qué fue lo que pasó? ¿Crees que podamos platicar juntos maneras en las que puedas dejar de golpear?”
Preguntarles soluciones siempre ayuda. Es llevarlos al cerebro Superior, es generar ideas en familia, es conexión, es creatividad, es atender un asunto… pura cosa buena.
Otra manera magnífica de ayudarles a auto-regularse es a través del juego. Según Lawrence J. Cohen, PhD en su magnífico libro Playful Parenting, nos explica que lo que sucede es que el niño no se puede frenar. Cuando suelta golpes es porque tiene mucho miedo y/o emociones muy fuertes que no sabe cómo canalizar. Entonces, otro día –no en el momento de crisis– puedes jugar con tu hijo, establecer una conexión segura con él y empezar a trabajar maneras de frenarse. “Si, podemos jugar a las luchitas, pero sólo si es en la cama (o en un lugar seguro)”, “Si, me puedes dar de almohadazos, pero sólo si brincas en un solo pie y cantas una canción”.
Jugar a las luchitas es una manera muy efectiva de hacer contacto físico con los niños, de establecer una conexión y de ayudarles a encauzar su fuerza. Si a lo anterior, le agregas el brincar en un solo pie y cantar, le estás enseñando a auto-regularse. ¡Si! ¿Te imaginas dar un almohadazo mientras cantas y haces equilibrio? No es tan fácil. Y requiere pensar antes de actuar, es decir, auto-regulación.
Recuerda que la mente hace sus caminitos neuronales. Entre más practiques algo, más rápido se hace el camino. Digamos que la primera vez que haces algo es como entrar a una selva tupida. Cien veces después, ya es una carretera con puentes y túneles. Ensaya con tus hijos a base de juegos y preguntas y puedes tener muy bellos resultados.

¿Por qué pegan los niños?

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