
Mi Hijo Altamente Sensible suele desesperarse muy fácil. Avienta todo y grita, “¡No puedoooo!”, antes lloraba, ahora se enoja y exige mi ayuda.
La escuela es difícil. Aprender tantas cosas nuevas de manera rápida, controlada y asertiva, no se da en una tarde.
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos cambiar su manera de pensar –de ser negativa y vencida a una positiva y empoderadora?
Utilicemos una palabra: TODAVÍA
“Cariño, aprender a leer (sumar, restar, cálculo integral, tocar el piano…) es difícil. No puedes TODAVÍA. Estás aprendiendo. Aquí estoy para apoyarte, ¿quieres que te ayude o prefieres tu sólo?”
Después de usar esa palabra durante mucho tiempo, –depende del niño pero a veces es necesario aplicarla por años,– transformamos su mente. Es un proceso y puede ser lento. Paciencia.
Primero es nuestra voz quien lo dice y, después es su diálogo interno el que se transforma:
Eliminamos el “¡No puedo!” y avanzamos hacia un “No puedo, todavía. Estoy aprendiendo.”
Evolucionamos de “¡Me doy por vencido! ¡Tu hazlo por mi!” hacia un “Lo lograré si pongo más esfuerzo y encuentro una mejor estrategia.”
Recuerden, estamos programando neuronas.
Nuestro trabajo no es hacerles la vida fácil, sino ayudarlos a que ellos solos puedan caminar.
La resilencia inicia con NO resolverles las tareas ni sus problemas, sino guiarlos a que los resuelvan ellos, confiando en su sabiduría, que cometan sus propios errores y con la programación neuronal que nosotros utilicemos.
Photo by Pixabay: https://www.pexels.com/photo/close-up-photo-of-sad-child-leaning-on-a-wooden-chair-256657/
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