
Las familias fuertes y sanas tienen estas 3 cualidades:
1) Parentalidad Autoritativa
- límites predecibles
- trato cálido y lindo
- balance entre el apoyo y la libertad
- presencia y consciencia
- consistencia y responsividad
- los niños saben que son amados incondicionalmente (especialmente en los momentos difíciles)
2) Cultura familiar cooperativa
- las relaciones son más importantes que las cosas
- crianza con valores que, se viven de manera concreta
- el respeto es lo primero ante todo
- abraza las diferencias entre los miembros de la familia
- trabajan en conjunto para hacer las labores de casa
- pasan tiempo de calidad juntos
- se concentran en escuchar y platicar, no solo a dar ordenes o quejas
- activamente enseñan técnicas de escucha y empatía
3) Alimenta al cerebro en crecimiento
- se concentran en el esfuerzo del niño y no en el resultado final
- activamente hablan sobre la importancia de cometer errores y aprender de ellos
- si halaba al niño es de manera honesta y específica basado en sus avances y esfuerzo
- enseña a los niños sobre el cerebro y hace actividades que lo ayudan a su crecimiento (no pantallas)
- nutre la salud emocional, sensibilidad, empatía y comprensión
Esto es lo que se sabe científicamente que funciona. También es cierto que las dinámicas familiares perfectas no existen y que el caos, el llanto y la desesperación suceden, más de una vez por semana. Y esta bien. No porque te suceda significa que estás haciendo un mal trabajo. Recuerda: es normal. La vida así es. Los niños así son. La diferencia no está en no tenerlo sino con cómo lo manejamos. Utilicemos esos momentos difíciles como enseñanza. Para conectar, escuchar y amar. ESA es la diferencia.
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