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¿Qué hacer cuando los Hijos Altamente Sensibles llegan mal de las fiestas?

¿Por qué los Hijos Altamente Sensibles llegan mal de las fiestas?

Era viernes, último día de la semana. Mi hijo ya estaba cansado. (Yo también, exhausta) Aún así, fui por él al colegio y de ahí nos fuimos a la tienda para comprar el regalo y llegamos a la fiesta del primo. Fue en el boliche.

Era un lugar no muy grande, oscuro, con focos y la música a TODO volumen. Parecía centro nocturno. La fiesta era grande, había alrededor de 30 niños y sus mamás. Estuvimos ahí unas tres o cuatro horas. De ahí nos fuimos a casa del primo al pastel.

Yo ya me quería ir a mi casa, pero pensando en que a mi hijo le gustaría ir, fuimos.

Los niños corrían y gritaban y nosotros dos, terminamos escondidos en el estudio –como buenos PAS– leyendo un libro. Cantamos las mañanitas, partimos el pastel estaba horrible y a la primera oportunidad, salimos corriendo de la fiesta.

Llegamos a casa y mi hijo empezó a buscar pleito pidiendo cosas que ya sabe que no. Se encontró con un sólido NO ES NEGOCIABLE. Primero aventó cosas, luego pateó algo, me levantó la voz y después se tiró al piso a llorar.

Aquí, una mamá que no sepa lo que pasa, muerde el anzuelo y se engancha en la trampa. Se pelea con el niño, después le grita que porqué llora y lo amenaza con que la próxima vez no lo lleva a la fiesta.

En cambio una mamá que sabe que su hijo es Altamente Sensible, no cae en la trampa. Sabe perfectamente que el niño esta Total y Absolutamente Sobre–Saturado. Que solicitar cosas no permitidas es buscar una razón para enojarse y sacar el llanto. Que ese llanto, en realidad no es pleito, sino desahogo de tanto estímulo. Que es perfectamente justificable. Que es necesario, permanecer en silencio, suavizar la energía y permitir el llanto.

Él terminó sentado en el piso, en pleno sollozo.

Yo iba y venía mientras le daba de cenar a las perritas.

En algún momento, me dijo, “Si estoy contento. Necesito llorar.”

Le sonreí y seguí ahí, con él. 

Después de un magnífico llanto, me senté con él y le pregunté, “¿Sabes qué te ha pasado?”

“¿Me desahogué?”

“Si. ¿Y porqué lo necesitabas?”

“Por que… por que ¿estaba saturado?”

Si. Él también ya sabe cómo funciona y qué necesita.

En mis años de experiencia como Coach Parental, he conocido a niños que sienten nauseas otros hasta vomitan después de las fiestas. Hay otros que llegan con dolor de cabeza. Otros que llegan peleando y discutiendo como el mío. Todo es reacción de lo mismo: sobresaturación.

Explícale a tus hijos que son Altamente Sensibles para que puedan tener más herramientas para cuando se sobresaturen.  

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