
La empatía, l@s émpatic@s y las Personas Híper Sensibles
¿Qué es la Empatía?
Hace una semana tuvimos una reunión en mi casa. A las 10 de la noche, mi niño se subió, se metió a la cama y me pidió que yo lo acompañara en lo que se quedaba dormido. Obviamente, caí también.
Recuerdo lejanamente pensar, “Ahí voy, ahorita bajo… ahorita ayudo… espera… ahí voy.”
A las 3 de la mañana, toda torcida, me puse mi pijama. Mi esposo es el que se quedó con la amable visita, limpió todo y se desveló de lo lindo. Al día siguiente, LOS TRES estábamos con cruda de sueño. ¡Hey! ¡Espera! El único que se desveló fue él,
¿por qué todos nos sentimos tan mal?
La Empatía es una de las características básicas de ser una Persona Híper Sensible. Y por lo mismo, es genética y hereditaria. No se sabe si todos los empáticos son HS, pero según Elaine Aron PhD., todos los HS sí son empáticos. Los empáticos están por todo el mundo, en todas las culturas y civilizaciones. Se presenta igual en hombres que en mujeres, solo que las mujeres tienen más permiso social para serlo y expresarlo.
En mis Conferencias apenas y toco el tema de la empatía. Pues el tema vale una conferencia entera.
Para los no-sensibles, o los “normales”, es complicado comprenderlo, pues simplemente no creen que sea posible vivir así.
Para los Híper Sensibles es complicado recordarlo, pues nos andamos enredando en las emociones de todos y se nos olvida ponerle un nombre y si es posible, límites.
Aunque a ciencia cierta no saben bien cómo funciona, pues cada persona es distinta, lo que han podido concluir es que tras cada emoción hay una energía. Y esa energía es la que la persona empática detecta.
La Empatía se define como:
la habilidad de “leer”, comprender, sintonizar o resonar con otras personas voluntaria o involuntariamente. La empatía es sentir las verdaderas emociones de otras personas. Es saber la verdad que se esconde atrás de las “máscaras sociales” pues además también pueden leer los signos no verbales que incluyen: contacto visual, expresiones faciales, tonos de voz, posturas, gestos, tacto y tiempo e intensidad de las respuestas de los demás.
Según Daniel Siegel PhD., la empatía es cuando a ti te interesa lo que sucede adentro de otra persona, cuando te sintonizas con la vida interna de esta otra persona, cuando creas un mapa mental de esa persona adentro de ti. Tener esa capacidad y usarla, es la empatía.
Generalmente l@s empátic@s no son violent@s, ni agresiv@s y les gusta hacer las cosas en paz. Cualquier área no harmónica les provoca un sentimiento de incomodidad. Si se encuentran en medio de una confrontación, tratarán de arreglarla lo más pronto posible o, de plano, evadirla.
Son sensibles a lo que ven en televisión, video juegos, películas, noticias, incluso a las emisiones del teléfono celular y WIFI. Suelen preocuparse demasiado por algo que no pueden comprender como la crueldad o el sufrimiento y, como tampoco lo pueden arreglar a grandes escalas o como ellos quisieran, viven con la panza torcida de la angustia.
L@s empátic@s siempre están aprendiendo algo. Suelen solucionar los problemas de manera rápida y “fuera de la caja”. Suelen soñar despiertos al grado que a veces les cuesta concentrarse en lo mundano. Son magníficos actores o actrices. Les encanta la música… a veces música sin letras (a menos que las letras sintonicen con su paz interior). Son apasionad@s con la naturaleza y los animalitos pues entienden que debemos aprender a compartir con ellos este planeta. Son sumamente creativ@s en muchos aspectos diferentes; poetas, escritores, cantantes y artistas con una gran imaginación.
Suelen tener amigos para toda la vida, y realmente sufren cuando la amistad sufre abusos. Eventualmente aprender a ser mucho más selectivos.
En una relación padre/madre con su hijo, esta empatía puede ser vista cuando el bebesito no habla y mamá sabe qué quiere o necesita. Es una unión hermosa y crea un Apego Seguro.
Todas estas características hacen que l@s empátic@s –si están bien balanceados- sean más compasivos, considerados y comprensivos con otras personas, o, cuando se trata de una situación que “no me late” aplican la graciosa huida. Es una maravilla poder ser empáticos con las personas que amamos y que nos aman de vuelta. Es una unión profunda, real, honesta e inquebrantable.
Si no están bien balancead@s y no saben que esto les sucede, se andan poniendo de tapetes para todos. Se la viven enredados en relaciones tóxicas o de Apego Inseguro en donde el/la empátic@ quiere ayudar a alguien superficial o problemático, ignorando sus propias necesidades, conllevando a un deterioro en su salud física y psicológica, llegando a enfermedades crónicas, depresión, ansiedad y adicciones. Para eso solo puedo recomendar terapia.
En un ámbito más habitual y en una persona con relaciones sanas, el gran reto con la empatía desde mi punto de vista es, saber dónde acabas tú y dónde empiezan los demás. El saber si lo que estás sintiendo es tuyo o de los demás. En mi familia sucede que si uno llega de mal humor todos nos empezamos a poner fatal y no sabemos ni por qué. Al tomar consciencia de que esto existe y de que tu y/o tu niño pueden estarlo sufriendo, es más fácil aprender a auto-observarse constantemente, “¿Qué estoy sintiendo ahorita?”, “¿Es mío o de mi papá?”, y así no nos llevamos a todos de corbata.
La empatía es la que los hace andar por la vida con la piel volteada al rojo vivo. Los vuelve unos lindos seres humanos, pero al mismo tiempo, muy vulnerables. No es fácil vivir así, porque no tiene un switch de “APAGADO”. Es importante empezar a identificarlo, aprender a vivir con ello y a aplicar maneras de sobrellevarlo.
El constante auto-chequeo es la base. Después de eso, ya nos podemos mover hacia ver lo que estamos viviendo desde el punto de vista de un testigo. Analizando y observando –tanto lo externo como lo interno. Y cuando tengamos un momento solas es muy importante: sacar toda la energía tras ese evento y procesar profundamente qué sucedió, separando “yo” de “los demás”.
