Sin categoría

¿Qué hacer cuando los hijos están tristes?

Es importante permitir que – durante el tiempo correspondiente – vivan la tristeza.

Cuando tratamos de distraerlos, componer la situación o prevenir su tristeza, no funciona. Generalmente resulta en un berrinche cuatro veces mayor, o en un “misterioso” aumento de sus alergias o dolores de pancita.

¿Qué si podemos hacer?

En lugar de distraer:

“No llores, no pasa nada. ¿Te parece bien si vamos por un helado, para que ya no llores?”

Mejor, muestra empatía:

“Sé que esto es súper difícil para ti. Estoy aquí si me necesitas.”

En lugar de alejarlo porque su tristeza te hace sentir incómoda:

“Ve a tu habitación y cuando dejes de llorar, vienes.”

Mejor normaliza a la tristeza:

“Esta bien sentirse triste. Todos la sentimos a veces.”

En lugar de ser positivo tóxico:

“Mejor, piensa en algo feliz.”

Mejor sugiere una estrategia para trascenderla:

“¿Quieres hablar o escribir sobre lo que sientes?”

En lugar de hacerlo sentir roto:

“¡Ay ya! ¡Deja de llorar! ¿Qué te pasa?”

Mejor escúchalo:

“Aquí estoy para ti si quieres hablar o si necesitas un abrazo.”

Cuando empujamos los sentimientos incómodos a un lado, enseñamos a los niños a:

– embotellar sus sentimientos lo que resulta en explosiones intensas después.

– prevenir aprendizaje emocional

– detener la sanación emocional

– enfermarse físicamente

En cambio cuando abrazamos sus emociones tal y como vienen, enseñamos a los niños a:

– auto-calmarse

– levantarse

– salir adelante de heridas físicas y emocionales

– resilencia y entereza

Las emociones vienen y, si se lo permitimos, se van. A veces puede ser tan rápido como 3 minutos. Pero la única forma en que se vayan es a través de sentirlas. Es como si fueran un mensajero que no se retira hasta haber dejado su recado. Si no le hacemos caso, se quedará ahí “Hey, tú, oye, escucha, tengo algo que decirte, hey, hazme caso, oye, mírame…” 

Debemos enseñarle a nuestros hijos a quedarse ahí, escuchando. Sí, duele. Pero sólo unos momentos. Una vez entregado el mensaje, se va. Se trasciende. Y evoluciona.

¿Sientes que eso hace nuestro trabajo de padres más difícil? Bueno… yo mejor pienso que lo hace más completo. En donde estamos forjando a personas completas e íntegras.

Dejar una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.