
Emociones

Si tus emociones pudieran hablar…
En nuestra cultura nos han enseñado que las emociones se esconden. Estamos muy acostumbrados a “tragarnos” lo que sentimos y luego no sabemos por qué nos duele la cabeza o por qué la gastritis ha empeorado. A nivel científico ya se sabe que “tolerar” a los sentimientos (como la frustración) no es lo mejor que podemos hacer. Lo que debemos aprender a hacer -y enseñarle a nuestros hijos- es a escucharlas y a trascenderlas.
El primer paso es ponerle nombre.
El segundo es quedarnos ahí. Si, así como se oye, quedarnos ahí acompañando a la emoción, sintiendo todas las sensaciones corporales, permitiendo que fluya. Cuando las sensaciones cambien, es momento de:
El tercer paso, soltar.
A veces la mente (mejor dicho, el hemisferio izquierdo) es medio necia (mejor dicho, iletrado en cuanto al tema emocional) y necesita entender qué pasa. Para eso les he escrito un pequeño diccionario.
Si las emociones pudieran hablar, podrían decir algo así:
“Me siento ENOJADO”
= Esta situación me parece injusta. Mis límites han sido violentados. Puedo pedir lo que necesito.
“Me siento CULPABLE”
= Me he comportado de una manera que no me hace sentir orgulloso. Debo checar si necesito reparar mi amistad o relación.
“Me siento DECEPCIONADA”
= Algo salió diferente a lo que yo esperaba. Es triste no obtener lo que yo quería.
“Me siento TRISTE”
= Siento una pérdida y necesito soltar. Esta bien llorar. Seré amable conmigo.
“Me siento PREOCUPADO”
= Necesito hacer algo ahoritita. Necesito motivación.
Recuerda que los Híper Sensibles somos mucho más emotivos que los no–sensibles. El acompañamiento interno debe ser aún más compasivo. Y asegúrate de tomar todo el tiempo que necesites para procesar toda esa intensidad.
