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Decir «adiós» no es fácil para un Niño Altamente Sensible

Decir “adiós” no es lo más fácil para un Niño Altamente Sensible

Puse semillas en una maceta y nacieron. Las plantitas con el tiempo se han convertido en 7 arbolitos de aguacate. Y pues… obviamente ¡ya no caben! Mi jardín es pequeño y no tengo el espacio. Llevo tiempo buscándoles una mejor casa y padres amorosos. El pasado domingo, platicando en el mercado, quedé con un señor de dárselos. Tienen 4 hectáreas, dos parcelas llenas de frutas y verduras 100% agro-ecológicas.

Todo iba bien; yo me sentía feliz de haberles encontrado un espacio grande, amoroso y sin pesticidas.

Peeeeeero…

Mi hijo Altamente Sensible estaba mal. Triste. Acongojado. Preocupado. Fatal. El problema es que no me lo dijo.

Y yo no me di cuenta.

Cuando intuí qué sucedía, le medio expliqué, “Es que si se quedan aquí en las macetas, se van a morir. Necesitan espacio y aquí no lo tenemos.”

Y pensé que eso era suficiente.

El día de la entrega hizo todo lo mal que pudo: no se vestía, no desayunó bien, no se ponía los zapatos, no se subía al coche, no se abrochaba el cinturón… Ya tiene 9 años, ya sabe lo que hace y las consecuencias de sus acciones; simplemente no quería llegar y lo aplazó todo lo que pudo.

Y yo, que no entendía.

Al momento de entregarlos, se interpuso, no me dejaba caminar. Pero el señor llegó, estaba muy, muy feliz de verlos. Ya tenían planes de en dónde los iban a sembrar y me platicó todo con detalle. Al despedirnos me dijo, “Los vamos a invitar un día a que vayan a ver a sus arbolitos, van a estar en medio de las dos parcelas, tenemos naranjos y limones. Van a estar muy contentos. Luego nos ponemos de acuerdo, ¿les parece bien?”

Yo me sentía brillar de la emoción, me despedí de mis “bebés” y luego nos fuimos a jugar mi esposo, mi hijo y yo al parque. 

“¿Por qué has estado de mal humor toda la mañana?” le pregunté. Honestamente no tenía idea.

“Ya lo pensé bien mamá y qué bueno que sí dimos a los arbolitos. Yo creía que nunca más los íbamos a volver a ver, pero si podemos ir al rancho, visitarlos y verlos crecer, esto sí me gusta.”

Recibí su alegría como una cubeta de agua helada. ¡Ay la “empática” madre! En realidad se me fue el patín; viví esta experiencia como adulto y esperaba que mi hijo la viviera igual.

Los adultos nos regimos con “explicaciones que debes de entender”. Los niños se rigen con “emociones que debo vivir”.

Para él los arbolitos eran como hermanos y el dolor de no volverlos a ver, le era demasiado fuerte. Aunque se fueran a un mejor lugar, no importa. Las razones, no importan. No es cuestión de entender. Su dolor y angustia –en SU perspectiva de niño– eran lo importante.

Siempre debemos liderear con empatía… siempre. Finalmente los niños siempre son nuestros mejores maestros y entender su cariño hacia las cosas –las plantitas– es importante.

Despedirse para un Niño Altamente Sensible, nunca es fácil. Les puede costar trabajo separase de ropa que ya no les queda, juguetes rotos, envolturas de golosinas, a veces hasta de sus uñas y cabello. Si hablamos de otros seres vivos, pues más.

¿Qué podemos hacer en casos similares? Ofrecer disculpas. Hablar desde el corazón. Crear nuevos planes.

“Lamento mucho que no me di cuenta de tus sentimientos y debí. ¿Me puedes perdonar?”

“Si.”

“Si pudieras decirle algo a tus arbolitos, ¿qué les dirías?”

“Que los quiero mucho.”

“Decir “adios” nunca es fácil. Se siente tristeza y esta bien que la sientas.”

“Okey…”

Aprender a decir “adiós” es una lección importante en la vida, aunque nunca nos acostumbraremos. El “adiós” no puede venir desde el raciocinio, sino desde la emoción. Y es una emoción dolorosa que hay que trascender –a base de quedarnos ahí– hasta que se transforma.

En estos días nos hemos dedicado a seguir trabajando en nuestra jardinería. En verdad, mi jardín parece selva y ¡mas con las lluvias! Tenemos un higo que era una ramita –ah! pues el que aparece en el libro de Luna y el Secreto de los Árboles – y ahora ¡esta enorme! El saber que vamos a plantar más, le reconforta.

Cuando vayamos a ver a los hermanitos grandes y guapos, les comparto la foto. 

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