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Cómo funciona el cerebro al disciplinar a tu hij@ Híper Sensible

Una mamá vino a consulta. Tiene dos hijos, el mayor es Híper Sensible, la chiquita no. Nada. Ella se tropieza, raspa su rodilla, se levanta, ni siquiera se sacude y sigue corriendo. El que llora, por empatía y preocupación, es el hermano mayor.

Las cosas se complican a la hora de disciplinar.

Una escena familiar bastante común había sido (y hablo en pasado) que la niña empezaba a aventar la comida. Mamá repetía veinte veces “¡no hagas eso!” hasta que se hartaba, soltaba el manazo y el hermano lloraba y el resto de la tarde era… pues… seguramente te lo puedes imaginar.

La técnica que yo uso con mi hijo y enseño durante mis Conferencias y Consultas Personalizadas es la misma y sirve tanto para los no-sensibles como para los Híper Sensibles. El objetivo es activar el área pre-frontal del cerebro o Cerebro Superior como lo llama Daniel Siegel, PhD.

En un ejemplo concreto como el anterior, antes de tener que entrar a las veinte repeticiones, gritos, manazos y demás cosas que no sirven y terminan en un momento caótico familiar; lo mejor es conectar emocionalmente con la niña, después hacer contacto visual (*si ella te lo permite) y usar las Palabras que Conectan:

  1. observas,
  2. validas,
  3. mencionas sus necesidades y
  4. haces un acuerdo

Puedes decirle algo así, “Ya estás aventando la comida. Cuando avientas comida es porque ya no tienes hambre. ¿Quieres comer un poquito más o ya te retiro el plato?”

Hacer la pregunta es vital porque:

  • activas el Cerebro Superior
  • llenas su Cubeta del Control (al dejar que tome su propia decisión)
  • terminas el juego, en este caso de desperdiciar la comida
  • te ahorras todo el drama, el llanto del hermano, la limpiada de la cocina y una tarde caótica

Haces una pausa esperando, no tanto a que responda sino a que piense. Si te responde verbalmente maravilloso, o si vuelve a aventar más comida, ella esta tomando su decisión y expresándola con acciones. Entonces le dices, “Muy bien, veo que tomaste tu decisión, voy a retirar el plato.” Lo quitas y no lo devuelves. Si llora, explicas, “Tu tomaste la decisión de seguir aventando comida, en esta casa no desperdiciamos comida. ¿Quieres que te la guarde para cenar o se la doy a firulais?”

Otra vez, preguntas. Por tanto activas su cerebro superior. Por lo que el/ella se detiene a pensar, a activar su Cerebro Superior. Y en la cena –si esa es su decisión- se la vuelves a servir.

Funciona de maravilla también con tus Híper Sensibles porque, como tu mantienes la calma, ellos no se sobresaturan. Y como toman sus propias decisiones, no entran en cerebro reptiliano, Y todo fluye linda y pacíficamente.

* para muchos HS el contacto visual es demasiado fuerte. He tenido mamás que sacuden al niño insistiendo “¡Mírame, mírame!” y el niño menos las ve. O si lo hace, es solo durante un microsegundo antes de volverse a “ir”. El sostener la mirada, para muchos HS es demasiado fuerte. Si lo hacen forzados, no van a entender nada de lo que les estás diciendo (también por eso confunden mucho a los HS con los Asperguer). Un HS sí te escucha aunque no haga contacto visual.

Si tu HS no puede sostenerte la mirada, lo que puedes hacer es: te acercas a él, lo miras tu, le dices lo que le quieres decir, haces la pregunta, te esperas a que su expresión facial cambie y te retiras.

Puedes dejar de vivir angustiada –desesperada, histérica, etc.,– el activar el Cerebro Superior al validar y hacer preguntas, es el método disciplinario más amable y efectivo que funciona de maravilla tanto para no-sensibles como para Híper Sensibles.

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