Vamos caminando por el pasillo del hotel –¿por qué siempre quieren correr en los pasillos de los hoteles, es un misterio. Pero es casi inevitable. Entonces, le gritamo, “¡No corras!”
El niño siguen corriendo.
“¡Que no corras!”
No. Sigue sin hacer caso.
“Te estoy diciendo que te portes bien!” y le damos un jalón de brazos para que se esté quieto.
¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué no hace caso?
Los niños no entienden que es el portarse “bien” porque es totalmente vago y subjetivo, debemos ser más específicos en lo que significa “bien”. ¿Cómo es eso? Para que nos comprendan, es necesario narrar exactamente el tipo de acción que necesitamos ver dicho en positivo.
Por ejemplo: “Mantén los pies en el piso”. “Camina despacio”. “Si abuelita te pide algo, ayúdala.”
Recuerda también que los niños están aprendiendo, que todavía no saben qué es “bien”, y tampoco saben distinguen el “bien” del “mal”.
Y además para ellos, si se encuentran sobresaturados, no hay manera que puedan lograr ese “bien”.
Lo que quiero abordar en este artículo es que, si, efectivamente, los niños necesitan seguir ciertos lineamientos, pero no por eso deben sentir que nuestro amor se condiciona a su buen comportamiento. ¿A qué me refiero con esto? Muchas veces, cuando los niños se portan “mal” utilizamos la herramienta de retirar nuestro amor. “Yo no quiero a las niñas que lloran”, “no me hables, estoy enojada contigo”, “ni te me acerques, jamás debiste haber dicho / hecho / pensado / sentido eso”, un jalón de brazos, un golpe, y un largo etc.
Sobornar con nuestro amor no es una herramienta efectiva. De hecho, los niños entran en amygdala cuando lo hacemos ya que lo que mas quieren en el mundo es nuestro amor. Hay algunos que harán lo que sea –literal– por obtener nuestro cariño y hay otros que se van al otro extremo rechazándonos y rebelándose primero pues duele menos. Pero ambas reacciones provienen del miedo más profundo de los niños que es el desamor.
¿Qué sí podemos hacer?
Los limites debemos ponerlos. Pero no a costa de nuestro cariño. Los limites se ponen aclarando que: “No importa qué hagas, mi amor nunca terminará. No estoy de acuerdo con la decisión que tomaste y ya tendrás que enfrentar las consecuencias, pero, también sé que estás aprendiendo y lo podemos trabajar juntos.”
Dependiendo de la situación, podemos decirles frases como estas:
“Después de aprender la lección, podrás empezar a tomar mejores decisiones, confío en ti, tu inteligencia y tu intuición.”
"Tus palabras / acciones / ideas hacen una diferencia importante."
"¡Quiero que me platiques todas tus experiencias! ¿Por cuál quieres empezar?"
"Eres especial para mi.”
"Independientemente de las decisiones que tomes, te quiero siempre.”
El autoestima de nuestros hijos depende de nuestra forma de verlos. Si los vemos como niños malos, o latosos, o tontos, o rebeldes, o impertinentes, o lo que sea… es un decreto que se cumple. Sí o sí.
Recuerda que nuestro trabajo más importante como papá / mamá es fortalecer el vínculo; que el Apego sea Seguro. Los hijos van a tomar malas decisiones, lo importante es que sepan que no están solos. Que cuentan con nosotros NO para solucionar sus problemas, sino para acompañarlos en el proceso. Es necesario hacerles saber que los errores se pueden corregir y solucionar y que cuentan con nuestro apoyo. Que si cometieron un error, no necesariamente son “malas” personas sino aprendices.
Photo by Andrea Piacquadio: https://www.pexels.com/photo/woman-in-gray-tank-top-3812746/
Agregar comentario