Le has pedido a tu hijo que haga algo. Muy tranquila. Muy racional. Y muy deliberadamente.
En lugar de recibir acción, lo único que recibes es el ruidito de unos grillos, o a veces ni eso, sino solo un inquietante silencio glacial. “Tal vez no me escuchó,” piensas. Así que pides otra vez. Amable. Firme. Por favor.
Y… nada.
Rápidamente te encuentras en el ciclo conocido de: “Repite. Recuerda. Repite. Recuerda.”
Y entonces sucede: se vuela tu fusible. Pierdes totalmente el control y te encuentras gritando las mismas peticiones que has pedido tranquilamente hace algunos minutos. La energía escala como bola de nieve y todos terminan enojados, frustrados y desalentados.
Lo entiendo.
Es algo súper normal.
En todo mi tiempo de Coach Parental, el “no me hacen caso” es la frustración más común de los padres de familia.
Pero, aquí te va el asunto: si no te están escuchando, lo primero que debes saber es por qué no hacen caso. En realidad, su falta de respuesta no es un problema, sino un síntoma.
Si no atendemos el problema desde la raíz, un caso sencillo de “no me pela” crecerá hacia berrinches, retos, contestones y una vida arruinada para toda la familia.
¿Porqué no escuchan? ¿Porqué tienes que repetir una y otra y otra vez hasta que te encuentras gritando?
¡Buenas preguntas!
Antes de continuar con el tema, asegúrate de descartar cualquier condición médica que pueda realmente afectar la audición de tu hijo.
Es necesario también atender otras posibles cuestiones como, ¿Esta cansado? ¿No se siente bien? ¿O esta haciendo algo que absorbe toda su concentración como: la tarea, nervios por una competencia, problemas en el cole o con los hermanos?
Es importante excavar y descubrir cualquier problema que tengan y resolverlos.
Para los hijos Altamente Sensibles, el proceso de Análisis y Des-saturación es algo que les toma toda su atención y energía. Si se encuentra en este estado tu niño, es necesario darle su espacio hasta que este listo para interactuar con la vida.
Si todo esta en orden, si se trata de un niño sano, tranquilo y feliz, entonces continua leyendo.
Muchas veces los niños deciden no obedecer, para tener algo de control en sus vidas. Hay muchas cosas que no pueden controlar, como ir a la escuela o bañarse. Sin embargo, cuando les soltamos una lista interminable de órdenes, ellos, deciden –por derecho vital- no hacer caso. No hay manera que les puedas empujar la comida por su garganta así que saben que pueden decidir no comerse el brócoli. Saben que no hay manera que nosotros podamos meternos en su cuerpo para que levanten sus tenis y los pongan en un lugar donde nadie se tropiece, así que deciden –porque es un derecho- no hacerlo.
Y nosotras mientras, ¡hirviendo de coraje! ¿Verdad?
Tranquilos. Hay soluciones.
Lo primordial es entender cómo funciona el cerebro humano, ( Si ya tomaste el Curso de Disciplina Sin Lágrimas, ¿recuerdas las Dos Cubetas? Si no ¡tómalo ya! ) pero por el momento te puedo dar algunas ideas:
1) Baja a su nivel,
Si andamos ladrando ordenes por toda la casa, no nos estamos asegurando que sepan que les hablamos a ellos.
Si quieres que te hagan caso, entonces, asegúrate de ser vista. Es decir: agáchate y haz contacto visual. Esto implica dejar de hacer lo que estás haciendo, dejar de correr con prisa, bajar a su nivel, agacharte, hacer contacto visual, –cercano–, para hablar respetuosamente con ellos.
Bajar a su nivel también implica cambiar tu perspectiva –de mamá- a una de niño. Sus opiniones son importantes y sorprendentes. ¡Escúchalos!
2) Explica las razones de tus reglas
Es muy probable que no entiendan la importancia de tu petición y por eso la sacan de su lista de prioridades. Explícales de manera que tu hijo las comprenda.
3) Deja de decirles que “no” pueden hacer y concéntrate en qué “si”
Es complejo para un niño pensar, “no puedo tocar a mi hermanita bebe, significa que ¿puedo abrazarla? ¿besarla? ¿empujarla? ¿jugar a las luchitas?”
Dar toda esa vuelta de “esto no, pero esto sí”… es largo. Confuso. Complicado.
Es más fácil, directo y al grano decir lo que sí:
- “Usa un tacto gentil con tu hermanita”
- “Pon tus juguetes en su canasto”
- “Camina despacio en el pasillo”
- “¡Buena idea! Después de que hagas tu tarea vamos al parque.”
3) Corto y conciso
La ciencia ha demostrado que los hermosos choros mareadores que amamos dar se van derechito a la basura. Los adultos tienen un lapso de atención de 19 segundos. ¿Te imaginas los niños?
La instrucción que le vayas a dar –una vez que te hayas bajado a su nivel– que sea corta, concisa y al grano.
4) Hagan acuerdos
- “Esta bien si no quieres usar tus zapatos, puedes andar descalzo. Se te van a ensuciar los pies, ¿quieres que te vuelva a bañar o mejor con una toallita mojada?”
- “Ya nos tenemos que ir, entiendo que no quieras. ¿Quieres que te cargue o caminas solito?”
- “No quieres hacer tu tarea ahorita, ¿cuál es tu plan para hacerla durante la tarde?”
- “No estas comiendo sano por que sólo quieres pan, necesitas comer sano, ¿cómo le vamos a hacer?”
5) Asegúrate que te hayan comprendido
Los adultos pensamos que como ya dijimos las cosas, nos entendieron. Y el 82% de las veces, no es así.
Después de dar una instrucción o hacer un pacto, pregunta, pregúntale “¿En qué quedamos?”
Y sacudan las manos sellando el acuerdo.
6) Da a conocer
Si quedaron que llegando del cole, ya no iba a aventar su cosas por toda la sala y justo ese día se le olvidó, en lugar de regañarlo, Da a Conocer, “Veo un tilichero en la sala”, o, “¿Cuál es tu plan para limpiar la sala?”
Recuerda que si “no te pelan” es un síntoma, es algo que nosotros debemos atender. Podría parecer que nos están retando, pero en realidad es su manera de ser vistos y escuchados. Y también es cierto que su cerebro esta cambiando todos los días, la instrucción que le dimos ayer, hoy ya no la recuerda porque su cerebro es totalmente distinto. Para nosotros es horrible tener que repetirlo mil millones de veces. Si... lo sé. Es agotador. ¿Todos los días? ¿Es en serio? Peeeero... llegará el día mágico en que él solito se acuerde, por eso es ta importante conocer sobre el desarrollo neuronal de nuestros hijos. Así ya no lo tomamos tan personal.
Si quieres saber más de cómo funciona el cerebro y de cómo comunicarte efectivamente con tus hijos, ¡aparta tu lugar en el próximo curso!
Photo by cottonbro studio: https://www.pexels.com/photo/clown-scaring-a-terrified-boy-5427381/
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