En esta era, en la que nos llegan miles de noticias a la palma de nuestras manos… noticias que los niños no deberían enterarse… y, obviamente, se enteran… y, obviamente, nos hacen preguntas… Hay veces ya no sabemos cómo explicárselos, muchas veces porque nosotros mismos tampoco lo podemos comprender.
¿Qué podemos hacer?
Bueno, depende del tema y también de la edad del niño. Pero a grandes rasgos es importante cubrir estos 5 puntos:
1) No mentirle
Eso es lo que se hacía en generaciones anteriores, “si tu tío y tu tía, si se casaron, tu no fuiste a la boda porque… porque… bueno… pero sí están casados bajo la iglesia y no viven en pecado… y ¡ya vete a jugar!”
No. ¡Por favor!
Los niños son muy inteligentes y es mejor que, bajo nuestra guía, lleguen a las consecuencias correctas (y no que se inventen un mundo de locuras tratando de entender). “Si, tus tíos viven juntos, no fuiste a su boda porque no hubo, ellos decidieron no casarse y así esta bien.”
O…
“Si, hay hombres que se enamoran de hombres (o mujeres de mujeres) y es normal.”
O…
“Si, hay todo un problema por el calentamiento global, por eso no usamos tanto el coche y nos vamos caminando al cole.”
O…
“Si, hay guerra en otras partes del mundo y a mi también me angustia horrible.”
2) Validar
Las emociones, la situación, los posibles efectos secundarios y consecuencias…
“Estamos super tristes / preocupados / consternados / angustiados… ¿Cómo te sientes tu?”
3) Investigar
Junto con ellos, en diferentes fuentes fidedignas con el objetivo de obtener más información, hacer comparativos y analizar para generar un criterio amplio y pensamiento analítico.
“Aquí dice que (x), en esta otra cuenta dice que (w)… ¿tú qué opinas?”
Finalmente hay muchas cosas cuyas verdades jamás vamos a conocer (ej: el origen del Covid…) lo que finalmente importa es cómo nos afecta a nosotros y qué podemos hacer al respecto.
4) Hacerlos sentir seguros
“Papá y mamá te estamos cuidando, estás en un espacio seguro y perteneces a una familia que te ama. Estamos tratando de hacer de este un mundo mejor y evitar que algo nos pase.”
5) Pregunta
“¿A ti qué se te ocurre?¿Cómo lo solucionarías?”
Esto sirve para eliminar la impotencia y la desesperación. Si te dice soluciones totalmente fantasiosas, se vale. Entre más locas ¡mejor! Eso lo va a empoderar y a sentir que puede con lo que sea.
Antes de responder a sus dudas, piensa bien qué y cómo se lo vas a decir. Piensa bien a cuál conclusión quieres que tu hijo llegue. ¿Hay armonía? ¿Hay respeto? ¿Inclusión? ¿Provee paz?
Los temas difíciles se manejan con apertura, con naturalidad, con ética y con un lenguaje sencillo para que los niños lo entiendan. Lo más importante es generar la apertura al diálogo para que sigan preguntándonos a nosotros –y no a sus ¡amigotes!
Photo by Ketut Subiyanto: https://www.pexels.com/photo/photo-of-woman-and-girl-talking-while-lying-on-bed-4473774/
Agregar comentario