
“Si yo soy la relación más larga de mi vida, ¿no será buen momento para empezar a nutrir la intimidad y el amor con la persona con quien me acuesto todas las noches?”
– Rupi Kaur
Estamos acostumbrados a mirar para afuera.
A atender todas las necesidades, excepto las nuestras.
Y no esta bien.
A veces me he dado cuenta que llevo horas aguantando la sed porque llevo horas leyéndole a mi hijo un libro. ¿Porqué es tan imposible hacer una pausa, tomar agua, ponernos las pantuflas o, ir al baño…?
A veces atender nuestras necesidades básicas parecen actos verdaderamente heroicos.
Pero yendo más profundo…
¿Cómo nos tratamos a nosotros mismos?
Los Híper Sensibles detectamos sutilezas, ¿cierto? SI ya tomaste mi curso, ya lo sabes. Si no, mándame un mensaje para avisarte del próximo.
Estas sutilezas pueden vivirse como una lata, pues las etiquetas de la ropa pican, las costuras de los calcetines molestan, no aguantamos mucho tiempo en lugares con mucha gente o mucho ruido… y todo eso. Pero, viendo el lado positivo del asunto, detectar sutilezas también implica detectar las pequeñísimas sutilezas en nuestro interior. Algunos ejemplos: el jengibre puede ser una maravilla de alimento, pero a mi cuerpo no le cae bien. Los cambios sutiles que suceden en la pancita después de un té de manzanilla. Cómo se acomoda el alma después de una sesión de yoga o meditación… Y es a partir de escucharlas, que la relación con nosotros mismos empieza su camino de sanación.
La única manera de mejorar nuestra vida es a través del auto-conocimiento; de observar y de tomar nota de esas sutilezas para hacer los cambios correspondientes. Aquí te comparto cinco tips para empezar en ese bello viaje interno.
1) ¿Cuáles son mis sensaciones corporales?
¿Hace cuanto que no echas un viaje interno para saber qué te dice tu cuerpo?
Y no hablo de cuando sientes hambre o frío. Hablo de, por ejemplo, a la hora de acostarte, ya en camita con las luces apagadas… siente las sensaciones corporales… qué parte de tu cuerpo vibra, cómo vibra, qué sienten tu pies, tus piernas, tu panza, tu torso, brazos y manos, tu cuello, tu cara… Observa si hay zumbidos en los oídos, colores o luces en los ojos (aunque estén cerrados).
No trates de colocar una historia atrás de las sensaciones. No trates de cambiarlas creyendo que están “mal”. Solo observa. Y siente.
2) ¿Cuáles son mis pensamientos y emociones?
Muchos terapeutas hablan de escribir un diario antes de dormir. Esto a los Híper Sensibles nos sirve un montón porque sacamos las palabras de la cabeza y eso nos permite dormir mejor. Por un lado, por el otro, nos ayuda también a acomodar ideas y a ponerle nombres a las emociones. Si ya tomaste mis cursos, sabes la importancia de ello.
Y tu diario no tiene que ser coherente, ni tiene que venir toda la historia. De hecho, entre más feo y raro, ¡mejor! Es solo para ti.
Puedes escribir, además de tus pensamientos y emociones, tus preocupaciones. “Me preocupa cómo voy a lograr mis metas en el trabajo”, por ejemplo. Es cuando los escribimos que, dejamos de tomarlos como una realidad. Es decir, los miedos y las angustias son reales en el sentido de que son nuestra realidad, peeeeero, no son La Realidad. Y cuando los escribimos podemos darles esa dimensión, se vuelven más pequeños y manejables.
Otro ejemplo, “Me preocupa que si no tomo dos litros de agua al día, mi cuerpo no va a estar bien, y a veces no me da tiempo.” Y ahí nos damos cuenta de que algo así de pequeño nos estuvo dando lata todo el día. O pensamos en maneras para solucionarlo. O deja de ser una realidad determinante, “tal vez mi cuerpo solo necesita 1.5 litros…”
Otro ejemplo, “Me angustia que mi jefe no se de cuenta de todos mis esfuerzos.” Y ahi nos damos cuenta que no tenemos injerencia en ese aspecto y nos concentramos en poner nuestra energía en las cosas sí podemos controlar. O pedimos ayuda.
El chiste es que escribir, nos da otra perspectiva de las cosas, dejamos de confundir lo que pasa en nuestra mente con La Realidad.
Recuerda que los HS pensamos mucho, pero “mucho” no es lo mismo que “efectivamente”. Al escribir lo que nos despierta en las madrugadas, cambiarles la dimensión y generar soluciones estamos transformando nuestra vida de adentro hacia afuera.
3) ¿Cómo hablamos sobre nosotros mismos?
Generalmente no somos amables. Recuerda que “como te hablaba tu mamá, se vuelve tu voz interna.”
Si ella usaba adjetivos calificativos, seguramente te dices “exagerada”, “burra”, “lenta”, “olvidadiza”, y un largo etcétera, seguido. ¿Y te has dado cuenta de cómo te sientes después de hacerlo? ¿Cuál parte de ti se muere otro cachito?
En los últimos años, la ciencia habla de cómo la auto-compasión ha sanado físicamente a las personas. Y tiene sentido, si nosotros nos insultamos mañana, tarde y noche, el cuerpo se enferma. Si nosotros somos amables con nosotros, el cuerpo se sana.
4) ¿Cómo es el diálogo interno sobre lo externo?
¿Qué sientes cuando estas comiendo comida chatarra durante días? Tienes indigestión estomacal, ¿cierto? ¿Qué pasa cuando piensas cosas horribles durante días? Tienes indigestión cerebral.
Mi mentor siempre nos pregunta, “¿Qué comiste?” y no habla precisamente de comida, sino de la calidad en nuestros pensamientos. Los pensamientos son el alimento del alma.
Obsérvalos. El gran truco esta en no engancharte con ellos. Sino ser una especie de testigo en donde solo los ves, analizas su propósito y los dejas ir. “Mmmh, qué situación tan fea… ¿Para qué me sirvió? ¿Cómo me hace sentir, enpooderado o debilitado?…¿Puedo cambiar algo? ¿Puedo cambiar mi perspectiva? ¿O mejor lo dejo ir?”
5) ¿Qué haces tú para llevarte mejor contigo mismo?
¿Cómo te acompañas cuando estas solo? ¿Cantas? ¿Bailas? ¿Te peleas con la tía Juana, que hace tres meses no ves? ¿Ensayas mil veces todo lo que le quieres decir a tu jefe pero no te atreves? ¿O te das una palmada en el hombro y te dices, “¡Bien, diste tu mejor esfuerzo!”
Al momento en que entendemos que nuestros pensamientos no son la realidad, que nuestro cuerpo esta lleno de sabiduría y que podemos ser amables con nosotros mismos, eso cambia la calidad de nuestra existencia. Nos conocemos. Nos aceptamos. Nos llevamos mejor con nosotros. Nos volvemos nuestros propios amigos.
Somos seres multi-dimensionales y si somos valientes y nos echamos el clavado, nuestra vida –tanto interna como externa– se vuelve sumamente interesante. Empezamos a sincronizar el corazón, la mente y la sabiduría interna. Cambiando desde adentro lo que puede pasar es que, tu vida cambia para mejor.
"Después de todo el trayecto de la vida, te darás cuenta que TÚ eres el amor de tu vida –no tu pareja, no tus papás, no tus hijos... tú."
-Teal Swan
Photo by Rafael Barros: https://www.pexels.com/photo/woman-squatting-near-gray-concrete-wall-1841423/
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