
Avergonzar a los niños para controlarlos. No es buena idea.

Avergonzar a los niños para controlarlos. No es buena idea.
Una estrategia que nuestros padres usaron para controlarnos o para hacernos obedecer es: la vergüenza.
“¡Qué niño tan feo, eso no se hace.”
“Estas tonto ¿o qué?”
“Pero ¿a quién se le ocurre?”
La peor parte de avergonzarlos es la manera en cómo los niños se empiezan a ver a sí mismos. Cómo su auto estima y su auto valía se desbaratan. Es un precio muy alto por la pura obediencia, no vale la pena.
También es cierto que, a veces no usamos frases tan crueles como las anteriores y tratamos de ser gentiles y sin querer, sin tener la intención, los avergonzamos.
¿Cómo? Utilizando estas frases, o similares:
1) “Ya deberías saber.”
Nosotros asumimos que ya les enseñamos tal o cual lección, pero es posible que ellos no hayan entendido nada o que entendiera otra cosa.
Decirles esto es NO tomar en cuenta su inocencia, su inmadurez, su proceso.
2) “Ya estas lo suficientemente grandecito como para…”
Para empezar el “grandecito” ya duele. Hay como una ironía cruel en los tonos de esa frase.
Para seguir, ¿según quién? ¿Cuál es el promedio que asegura que el niño ya nunca más debió de haber hecho ‘x’ acción?
Esta implicación de que ya “deberías haber hecho o dejado de hacer…” es solo una expectativa nuestra.
El problema es nuestra expectativa. No el niño.
3) “Las niñas lindas no…” / “Los niños buenos no…”
Es decirles “Tú eres malo si lo haces.” y como sí lo hizo, entonces el niño asume, “no soy linda / bueno.” Luego los adolescentes se portan fatal gracias a la idea que nosotros pusimos en su cabeza. Es la profecía que se cumple. Y fue nuestro error.
4) “No deberías ser tan egoísta.” / “Ya tienes suficiente…”
“Ya comiste mucho pastel.”
“Ya tienes muchos juguetes.”
Es necesario establecer limites, lo que no debemos comunicar es: ”cuando deseas algo, eres malo.”
No les queremos comunicar eso porque las cosas son necesarias y nosotros las queremos todo el tiempo. Lo que les podemos decir es, “Si, tienes razón, todo se antoja. La verdad es que no es posible tener todas las cosas del mundo. ¡No es posible! Pero desearlas, es normal.”
5) “Si tú te portas mal, yo soy la que se mete en líos.”
Cuando nosotros nos apegamos a su comportamiento, creyendo que es un reflejo directo de nuestra parentalidad, es cuando ejercemos demasiada presión en el día a día. Cuando creemos que nuestro ego esta en juego, cuando creemos que si ellos se portan mal, nosotros estamos reprobados como papás, buscamos tener a los hijos perfectos.
La verdad es que, este proceso tan largo y difícil, no se trata de nosotros, sino de ellos. Y si aceptamos esta presión innecesaria les comunicaremos falsedad.
Es posible que no expresemos esto directamente, con estas palabras exactas. Pero si lo piensas, si lo crees, lo vas a reflejar de alguna manera, se salen a través en tus palabras, acciones, o expresión corporal. Y si tu hijo es Altamente Sensible, lo va a detectar sin lugar a dudas.
No queremos agregar vergüenza ya que ellos no son como se comportan. Ellos están explorando, están descubriendo quienes son, cómo funciona el mundo y cuál es su juego en medio de este mundo.
La idea es corregir su comportamiento, no hacerlos sentir mal sobre de sí mismos.

Deja de castigar a tus hijos.
