
12 tips para guiar a tus hijos a enojarse adecuadamente

Usualmente cuidamos a nuestros hijos asegurándonos que tengan suficiente comida, un techo, una cama… pero eso no es lo único que importa. Muchas veces se nos olvida lo importante que es cuidar a nuestros hijos a nivel emocional. Solo porque nuestros hijos estén cuidados a nivel físico, no significa que el tema emocional este cubierto.
Las dos áreas no son las mismas y tampoco van tan mano-con-mano como podríamos creer. Los niños descuidados a nivel emocional, suelen sentir que algo esta mal, pero normalmente no se dan cuenta qué es descuido y, generalmente, internalizan su dolor y siguen su vida como mejor pueden sobrellevarla. Pero el chiste de esta vida no es meramente sobrevivir, sino vivir felices.
Y la felicidad es una emoción… que hay que trabajar también.
Como mamás/papás, nos toca enseñarles cómo lidiar adecuadamente con sus emociones.
No es complicado y los beneficios que obtendrán les durará para el resto de sus vidas.
¿Por dónde podemos comenzar?
Con nosotros mismos:
- Habla de tus sentimientos: Ponle nombre a lo que sientes tú. No los dejes adivinando. No los dejes creyendo que el problema son ellos.
- Explícales cómo manejas tú tus propias emociones: Debe saber que embotellar las emociones no es algo bueno, ni para su mente, ni para su cuerpo.
- Sé un buen ejemplo a seguir: Cuando explotes –porque sucede- ten en cuenta que ellos te imitarán. Cuando te controles –porque sucede- ten en cuenta que ellos te imitarán.
- Si perdiste la paciencia y explotaste, hazte responsable: Ofrece disculpas y reconecta. Nada de, “Pero es que tú…” “Fue tu culpa porque…” ¡Nada! El tiempo para enseñar ya se nos fue, es momento de reconectar.
Con ellos:
- Enséñales a reconocer sus propias emociones: Daniel Siegel llama a este proceso “Nómbralo para domarlo” Cuando estén enojados es bueno que ellos sepan que están enojados. De esa manera podrán confrontar la situación de una manera más adecuada. No permitas que sufran emociones y no las puedan expresar adecuadamente.
- Pregúntales cómo se sienten: Pídeles que te muestren cómo se sienten. Permite que se expresen ante ti. Cuando los veas que algo traen en sus mentes, pregúntales.
- No los hagas sentir que están haciendo algo malo por sentirse como se sienten. Nadie puede detener a sus emociones. Solo porque nos parezca que ellos están reaccionando de una manera distinta a lo que nosotros quisiéramos o creemos, no significa que ellos están cometiendo o sintiendo algo que no deben cometer o sentir. Ellos son sus propias personas y nosotros debemos recordar eso.
- No aplastes su individualidad: Permite que se expresen. No los apachurres. Si quieren usar rojo con morado y café, permítelo. No los forces a usar combinado solo porque a ti te parece mejor.
- Recalca la importancia de la plática positiva con uno mismo: Recuérdale a tus hijos, una y otra vez, la enorme importancia que tiene hablar positivamente de si mismos. Cuando están alterados o estresados, necesitan saber cómo recordar que todo estará bien. Necesitan aprender a auto-motivarse.
- Hablen de emociones incómodas… o socialmente-no-aceptadas: Obviamente la tristeza/miedo/envidia/vergüenza etc., no son cómodas, pero son inevitables. Ellos necesitan saber que es normal y que todos las sentimos.
- Permite que se expresen a través del arte y otras formas de expresión parecidas. El arte es una de las mejores maneras para expresar emociones adecuadamente. Asegúrate darles el espacio para hacerlo. Sin críticas de ningún tipo.
- Salgan a tomar el aire libre… aunque sea al jardín. Funciona de maravilla, cada vez. Y si lo hacen descalzos, ¡mejor!
- Establece límites sin ignorar a tus hijos. Asegúrate de que tus hijos sepan que cuando se trata de emociones, es importante que piensen antes de actuar. Que si se sienten mal, no deben reaccionar en contra de los demás. Hay consecuencias detrás de cada cosa que hacemos. Y podemos lastimar a aquellos que amamos.
- Y si ya los lastimaron, es bueno que sepan que ofrecer disculpas y/o enmendar su error es perfectamente válido.
- Asegúrate de que se sientan cómodos platicándote cualquier cosa. Que ellos sepan que cuentan contigo en las buenas, en las malas, en las vueltas y en las volteadas. Pero para eso se necesitan sentir seguros, con confianza, sabiendo que nunca los vas a criticar ni juzgar.
- Puedes también usar libros o herramientas de ese estilo para hablar de las emociones… y otros temas emotivos.
Recuerda que los Híper Sensibles tienen una reacción emotiva más alta que los no-sensibles. Una atención cuidadosa de sus emociones ¡es primordial! Es importante también hacerles saber que esta bien que sientan lo que sea que sienten. Nunca los avergüences por sus emociones.
La salud emocional es el origen de la salud física.

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